Coinciden México y Estados Unidos en defender el libre mercado. Posición que domina hoy la reunión del Grupo de los 20 en Washington. Sin mecanismos que libren al mundo de la peor recesión en la historia. Las dos anteriores se solucionaron con guerras mundiales. Existe el temor de que se repita la fórmula.
Se recuerda que el G 20 se constituyó en 1999 como un foro de cooperación y consultas entre los países en temas relacionados con el sistema financiero internacional, integrado por: Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, República de Corea, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea.
Ante el colapso financiero internacional, en octubre pasado fue convocado por el presidente saliente de los Estados Unidos, el republicano George W. Bush, generando expectativas de que se pudiese encontrar una pronta solución para evitar la recesión. El presidente de Francia, Nicolas Sarkosy pugnó por reconstruir el sistema capitalista.
Sin embargo, la noche del jueves, el mandatario estadounidense anticipó el tono de la reunión de hoy: “La respuesta no está en reintentar inventar ese sistema. Está en arreglar los problemas que enfrentamos, hacer las reformas que necesitamos e ir hacia adelante con los principios de libre mercado que han dado prosperidad y esperanza a gente de todo el mundo”.
El discurso se une a los hechos. Los 700 mil millones de dólares aprobados por el Congreso de los Estados Unidos para salvar a los principales bancos e instituciones financieras, el secretario del Tesoro Henry Paulson dijo: “Mi foco está puesto en que el sector financiero ponga en marcha el crédito, ponga en marcha los préstamos”.
Los signos de la recesión, entonces, que ya se manifestó oficialmente en Alemania, se ignoran para defender el sistema monetarista, que no de libre mercado regulado por el Estado en una economía mixta y con base en estimular la producción que atienda el consumo.
Al anuncio de China, el motor económico mundial, de que reducirá su crecimiento al ocho por ciento en 2009, se suma el aviso de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), de que sus miembros entraron a la recesión con el pronóstico de que sus integrantes emergentes, como México, tenga mayor impacto.
No es casual que la canciller mexicana, Patricia Espinosa, señalase que en la crisis "las naciones de América Latina y el Caribe no tuvieron responsabilidad alguna en ella, sí sufren las consecuencias", en la XXVII Reunión de Ministros del Grupo de Río, en Zacatecas, y solicitase a los 22 países miembros, concertar acciones coordinadas.
Una posible solución la dio el economista en jefe de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Heiner Flassbeck: recomienda a los países de América Latina una integración monetaria como protección ante las turbulencias financieras. "El Estado tiene que ejercer un mayor control".
Sin embargo, el presidente Felipe Calderón rechazó esa posibilidad y en su reunión del miércoles con los banqueros insistió en que la banca mexicana es sólida para blindar la economía nacional. Soslayó que el 99 por ciento de la banca es extranjero y que los cerca de 15 mil millones de dólares inyectados, poco sirvieron.
Con estos elementos, surge el temor de que se busque reactivar la economía mundial mediante una guerra de pronóstico reservado. Tres hechos del jueves son los indicios: Una reunión hermética entre Estados Unidos y Rusia sobre el control de armamento atómico, el anuncio de la agencia espía, CIA, de que Osama Ben Laden es un peligro para Estados Unidos y la exigencia del Consejo de Seguridad a Irán para que abandone su programa de enriquecimiento de uranio, base de las armas nucleares.
El mismo Secretario General de la ONU, el coreano Ban Ke-moon observó este peligro y envió una carta a los líderes del grupo de los 20 en la que les advirtió sobre la necesidad de evitar que la crisis financiera se convierta en una crisis humana de dimensiones políticas y de seguridad abrumadoras.
Un real por la anticipada defensa del actual modelo en forma coincidente de México con Estados Unidos para desacreditar a las “voces de derecha e izquierda equiparan al sistema de libre empresa con la codicia y la explotación y el fracaso”, según el señor Bush. Se augura un diálogo de sordos en la reunión del G 20.
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