Restitución


Por MARIO LUIS ALTUZAR SUAREZ

Ratificar hoy al regiomontano Napoleón Gómez Urrutia como líder minero en la Convención Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, después de un año y dos meses en el exilio al ser perseguido por el entonces presidente Vicente Fox Quesada.


Existe temor de que surja la violencia al recordarse que en dos asambleas anteriores, el protegido del foxismo, Elías Morales, rompió los trabajos sindicales, aunque eran otros tiempos en donde gozó de la impunidad para apoderarse violentamente del sindicato y después defenestrar oficialmente al líder regiomontano.


La ausencia del líder minero es obligada por el servilismo del Poder Judicial al Ejecutivo al obedecer para dictar las órdenes de aprehensión, vigentes, contra Gómez Urrutia por el supuesto desvío de 55 millones de dólares de un fondo minero, sin que la Procuraduría General de la República haya logrado probar ese desvío de recursos.


Si bien es cierto que la administración Calderón restaura así el respeto a la autonomía y soberanía sindical, también es cierto que se abrió un frente judicial difícil de resolver, ya que implica el encausamiento del ex presidente Fox Quesada, al encontrarse la falsificación de firmas de dirigentes seccionales para legalizar al equipo de Elías Morales.


Pese a la soberbia del ex mandatario al decir que “hagan lo que quieran” y horas después se denunciara la “desaparición” de documentos estratégicos en el expediente de la investigación de la Procuraduría General de la República, que darían la supuesta ausencia de elementos para sobreseer la indagatoria, el problema apenas empíeza.


Los optimistas amanuenses del señor Vicente Fox podrían explotar el filón de que la responsabilidad directa corresponde al secretario del Trabajo, Francisco Salazar Sáenz y Elías Morales por el uso de documentación falsa, existe la denuncia pública del gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, de que recibió presiones del señor Fox.


En declaraciones a la prensa el 19 de febrero pasado, el mandatario estatal refirió que el presidente le indicó que el problema de la tragedia de Pasta de Conchos que le costó la vida a más 67 mineros, se difiriera por el desvío de recursos del Gómez Urrutia, quien había responsabilizado de negligencia criminal a la Secretaría del Trabajo y al Grupo México.


Una acción que genera sospechas de que podrían existir intereses no muy claros de la familia del señor Vicente Fox y esposa en los consorcios mineros, al abusar de su autoridad presidencial para aplastar a un dirigente sindical, intervenir en la vida interna del sindicalismo al imponer y quitar dirigentes, como en la mejor época del salinismo.


Hay elementos que ameritan una investigación a fondo. Primero, que aceptara a Napoleón Gómez Urrutia como secretario general sin ser trabajador minero y heredar el cargo de su padre y cuatro años después, por n ser tan conveniente a los intereses del Grupo México y al gobierno, por sus declaraciones, defenestrarlo con artimañas legaloides.



Un rosario que aumenta, ahora con la “desaparición” de pruebas en la PGR, una institución que desde el 2000 se uso como inquisidora política, lo mismo para perseguir al petrolero Carlos Romero Dechamps por el supuesto desvío de recursos en la campaña presidencial priísta que en sobreseer investigaciones a favor de poderosos políticos.


Recordamos el caso de la Editorial la Casa de Orión en defensa de sus legítimos derechos con el título de Arcano, usurpados por Alberto Begné Guerra, vinculado como empleado de Emilio Gamboa Patrón, sin que la PGR lograse tipificar el delito contra los derechos de autor y se garantizara la impunidad de los usufructuadores.


Ahora, en el caso del ex presidente que cuenta con el respaldo de su gabinete en la sombra, empiezan las maniobras para protegerlo. Del éxito o fracaso de este caso, dependerá que se haga justicia a todos los mexicanos, víctimas del peor saqueo de la historia.


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