Espino
Por MARIO LUIS ALTUZAR SUAREZ
Agradecido, al asumir la presidencia del PAN, el duranguense Manuel Espino Barrientos exclamó: "que lo sepan quienes se han encargado de reventar todos los días la política mexicana: van a ver un PAN trabajando contra las intenciones populistas y autoritarias, junto con el presidente Vicente Fox".
Si se considera que el 27 de febrero de 2007 en un céntrico hotel de Dallas, Texas, dijo el ex mandatario a los empresarios estadounidenses que su “retiro sólo duró 60 segundos”, es clara la posición política del duranguense ex coordinador de giras de la Presidencia del señor Vicente Fox, confrontada al que siempre consideró “el chaparrito pelón de lentes”.
Minimizar al adversario, empero, es riesgoso. Ya lo confirmó el de Victoria de Durango. Fue vencido en las primarias panistas para elegir al candidato presidencial en 2005. Pesa la derrota en Tamaulipas y Durango para imponer sus abanderados a legisladores. Y está bajo sospecha de apoyo presidencial su aparente triunfo para presidir el PAN.
Ese día, el 5 de marzo de 2005, de los 376 delegados votaron en segunda ronda 196 a favor de Manuel Espino y con 174 sufragios, suficientes para irse a una tercera vuelta, declinó el leonés Carlos Medina Plascencia, primer gobernador de la concertacesión salinista al obligarse la renuncia del gobernador electo, el priísta Ramón Aguirre Velásquez.
Curiosamente, en la primera vuelta renunció con 42 votos Juan José Rodríguez Prats, pese a tener la oportunidad de mejorar en la segunda ronda y, en teoría, inclinar la votación a favor de Medina Plascencia quien, desilusionado, se despidió de la actividad política y una vez conocido el resultado, se apersonaron satisfechos, el señor Fox y esposa.
Indicios que reforzarían la teoría del apoyo presidencial a favor de Espino Barrientos que señaló el senador panista Federico Doring Casar, conocido por sepultar políticamente al maestro perredista René Bejarano Martínez con la filtración de los videos en que recibe millonarias aportaciones del argentino Carlos Ahumada Kurtz.
La razón para que el entonces coordinador de giras del presidente Vicente Fox llegase a dirigir el PAN, según las versiones de prensa del momento, sería la de impulsar las aspiraciones de la señora Martha Sahagún Jiménez para heredar el trono presidencial, que de ser cierta, habría fallado el duranguense aunque por elementos fuera de su control.
Ensoberbecido, Espino Barrientos desconoció las primarias panistas en Durango para imponer a su favorito, Andrés Galván Rivas y en Tamaulipas a Diego Alonso Hinojosa, cercano a Enrique Navarro, el alfil que inició la ofensiva contra el presidente Calderón. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó reconocer el 23 de febrero de 2006 al tamaulipeco José Julián Sacramento Garza y en abril al duranguense Rodolfo Dorador Pérez Gavilán.
Son los casos conocidos por la integridad política de los actuales senadores panistas para defender jurídicamente sus derechos pese a las amenazas del duranguense que hoy clama la autonomía y soberanía del partido de supuestas injerencias presidenciales por medio del empresario Jorge Manzanera y Francisco Soberano Miranda, asesor de Abraham González, subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación.
Desesperada, la dirigencia panista presiente la debacle para el 2 de junio. En su natal, Tampico, su secretario de Fortalecimiento del CEN, Enrique Navarro fue rechazado el 1 de abril como próximo consejero nacional.
Se confirmará la sentencia de Sacramento Garza: “Si pensaban que la mayoría de panistas estaban con Espino, se equivocaron. Estamos con el Presidente de la República”.
Hay razón: Al que considera Espino como “el chaparrito pelón de lentes” renunció con dignidad a la Secretaría de Energía el 31 de mayo de 2004 por la declaración del señor Vicente Fox: "Ya tiene que quedar muy claro que yo no voy a permitir que se realice un proceso abierto de campaña", por el apoyo abierto, una semana antes, de cinco mil panistas jaliscienses al que venció la adversidad interna de su partido para portar la investidura presidencial que ordenó el 2 de abril pasado, revisar la cuenta pública del 2005.
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