Hay de tanto que hablar y sin embargo, el interés político reducirá hoy a soliloquios la bilateral Bush-Calderón en la Hacienda Temozón en el paradisíaco Cancún. Simbólico porque aquí se realizó la Cumbre Norte Sur en 1981 entre países industrializados con los subdesarrollados y que disparó la pobreza mundial.
Así como en aquel tiempo se generaron fallidas expectativas sobre posibles acuerdos de que los países industrializados se comprometieran a buscar políticas equitativas en el comercio y flexibilizar el mercado financiero internacional, el equipo del señor Calderón creen que es el momento y se lograrán revisar nueve puntos medulares de la agenda bilateral.
Con base en las versiones periodísticas que consultaron a funcionarios de ambos países, las pláticas de los mandatarios abordarán: Migración, seguridad fronteriza, lucha contra el narcotráfico, comercio, medio ambiente, educación y desarrollo sustentable, Alianza para la Prosperidad y la Seguridad en América del Norte (ASPAN) y situación latinoamericana.
Se recuerda que en febrero de 2007 se reunieron en Ottawa, Canadá, los cancilleres del país anfitrión con Condolezza Rice de Estados Unidos y Patricia Espinosa de México, acompañados de los encargados de seguridad interna y en secreto, con empresarios miembros del Consejo de la Competitividad de América del Norte.
Por lo que se podría pensar en la confirmación de esos acuerdos herméticos a la opinión pública sobre la Alianza para la Prosperidad y la Seguridad en América del Norte, en donde el capital privado juega un papel importante como proveedor de los mecanismos contra el supuesto terrorismo y la necesidad de los Estados Unidos para crear un cinturón de seguridad, a saber, México y Canadá, por creer que serían paso obligado de terroristas.
Aunque técnicamente existe esta posibilidad, las investigaciones periodísticas sobre los atentados a las Torres Gemelas neoyorquinas el 11 de septiembre de 2001, han señalado que los terroristas se movieron con libertad en España y Alemania e ingresaron los pilotos suicidas por Miami, Florida, gobernada por Jeb Bush, hermano del presidente estadounidense, en donde incluso se inscribieron en escuelas privadas de aviación.
Existe la certeza de que Osama Bin Laden sigue siendo agente de la CIA lo que deja bajo sospecha de haber sido inducido o permitido el atentado del 11 de septiembre al igual que el ataque japonés contra Pearl Harbor del 7 de diciembre de 1941 y del barco USS Maine en La Habana el 15 de febrero de 1898.
Curiosamente, en la víspera del periplo del señor Bush por Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México, apareció la versión en un diario canadiense de que los pozos petroleros mexicanos serían blanco estratégico de los terroristas de Osama, como si se preparara el escenario para legitimar los acuerdos previos en Ottawa.
Visto así, el mandatario de los Estados Unidos tiene preparada la agenda para reducir a un solo punto su trabajo y cuando mucho, se adjudicaría como propia la iniciativa de los legisladores demócratas (él es republicano) para una reforma limitada en materia migratoria sin el mínimo cambio al Muro de la Ignominia que se construye en mil de los casi tres mil kilómetros de la frontera con México.
Por lo demás, podrían esperarse promesas del buen vecino y reconocimiento a la lucha contra el narcotráfico que emprendió el señor Felipe Calderón en sus primeros 100 días de gobierno y que el señor Bush descanse y recargue su energía en el importante centro ceremonial de Uxmal, construido por los Mayas.
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