Es una mujer de retos. Es cierto. Pero resucitar al PRI, se antoja una tarea imposible para la tlaxcalteca Beatriz Elena Paredes Rangel que asumió una presidencia partidista disminuida por la IV Asamblea General Extraordinaria controlada por los tecnócratas empeñados en la sumisión a la moderna teología imperial encarnada en el panismo.
Se tiene que la dirigencia encabezada por el queretano Mariano Palacios Alcocer, por medio del diputado Raúl Cervantes Andrade como presidente de la mesa de discusión, impuso reformas a 13 de 228 estatutos del PRI, en que se anula como máxima autoridad a la Asamblea General, se otorgan facultades a un reducido Consejo Político Nacional y se deja en libertad a los legisladores para la Reforma de Estado y el impulso a la reelección.
A Cervantes Andrade se le recuerda por haber “olvidado” integrar en la publicación de la gaceta parlamentaria, los recursos etiquetados de subsidio a la leche para las clases populares, y se le ubica desde el inicio de sus actividades partidistas en 2000 a sus 37 años, muy cercano a Emilio Gamboa Patrón.
En tanto, Gamboa Patrón se desempeñó como secretario particular del entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado, cuando se asignó al mexiquense Alfredo del Mazo la ejecución del Programa de Reconversión Industrial y que en 1987, en paralelo al crack bursátil que favoreció a los nuevos ricos, se purgó al PRI a favor de la tecnocracia.
La reconversión industrial devastó la planta productiva nacional que permitió crear el ambiente de la urgencia de inversiones extranjeras en asociación con capitales nacionales y cuyo resultado real es la concentración de la riqueza en 300 apellidos y la distribución de la miseria en la mayoría mientras que la purga tricolor devino en la consolidación tecnócrata.
Empero, el viraje del PRI iniciado en 1987 se profundizó en la administración de Carlos Salinas de Gortari, con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, la privatización de las empresas estatales estratégicas a favor de los nuevos ricos de 1987, entre otros, al grado de que el panista Diego “El Jefe” Fernández de Cevallos aplaudió que la plataforma económica del PAN era aplicada por el PRI.
Por ese tiempo, el 23 de marzo de 1994, el sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera ingresa a la liga mayor de la política, al interrogar extrajudicialmente por más de tres horas al supuesto homicida del candidato presidencial priísta, Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Para 1992 se reformaron los artículos constitucionales 130 que abrió la beligerancia política clerical a favor de los conservadores encarnados por el PAN y al 82 que permitió el acceso a la presidencia del ex empleado de las transnacionales, Vicente Fox, en el 2000.
Con las reformas estatutarias al partido el 3 de marzo de 2007, después de 20 años se logra consumar el proyecto de derechizar al PRI, si se observa que se ordenó la integración de una comisión para que en seis meses “presente un estudio en el cual se precisen los contenidos y alcance, sobre la vinculación que existe con la Internacional Socialista”.
Mientras se cumple el plazo, el partido que preside la ex embajadora en Cuba y ex presidenta del Parlamento Latinoamericano de 22 países, formalmente carece de ideología ya que se definirá en la Asamblea Nacional Ordinaria de noviembre de 2007.
Son ocho meses en que la presidencia del PRI en nada podrá influir en el trabajo legislativo del senador Beltrones Rivera y el diputado Gamboa Patrón, sobre la propuesta de Reforma de Estado que se comprometieron a su aprobación a más tardar en julio de 2007, que incluye la propuesta del PAN miscelánea fiscal y la reelección de legisladores y alcaldes.
Además, por compromisos de campaña, Paredes Rangel podría incluir al gamboista Cervantes Andrade y a los beltronistas Fernando Castro Trenti, Carlos Lozano o Raúl Mejía que trabajarían con los mexiquenses Gustavo Cárdenas, Martha Hilda González o Ascensión Orihuela. Por estatutos y por gabinete, la presidenta está atada de manos, aunque se logrará la unidad para enterrar los principios mexicanistas a favor de la derecha y con ellos, al PRI.
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