Resbaladizo es el terreno que pisa la tlaxcalteca Beatriz Elena Paredes Rangel, al anunciar el PRI una gran tarea de afiliación sin contar con la definición ideológica partidista, ya que la Asamblea Nacional de marzo pasado ordenó la revisión en seis meses de su vinculación con la Internacional Socialista y el significado en su ideario de la Revolución de 1910.
¿Cuál podría ser la oferta doctrinaria? Si se observa que al perder la presidencia en el 2000 el epicentro político se trasladó, primero, a los gobernadores y a partir del 2006 a los líderes de las fracciones parlamentarias tricolores. Visto así, es imposible visualizar una propuesta doctrinaria homogénea e interesante para los potenciales afiliados y la unidad partidista.
Así, recordemos que el 15 de octubre de 2006, los gobernadores de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán y del Estado de México, Enrique Peña Nieto, ante el desaire del Papa, se hincaron con la muchedumbre en la Plaza de San Pedro en la canonización del michoacano Rafael Guizar y Valencia, lo que conllevaría a un PRI confesional acorde al calderonismo.
Contrasta la actuación de los gobernadores de Coahuila y Tabasco, Humberto Moreira Valdés y Andrés Granier Melo en defensa de la Declaración de Principios del PRI ante la embestida conservadora con la degustación placentera de ejercer el poder desde el Poder Legislativo de los coordinadores que se aprestan a impulsar la Reforma Fiscal imperial.
Seguramente la presidenta del PRI acudirá a los resultados de las pasadas elecciones presidenciales para evaluar la potencial influencia de los gobernadores. El PRI perdió frente al PAN en Veracruz con 279 mil 38 votos, en el Estado de México con 738 mil 405 sufragios y en Tabasco ganó con 312 mil 551.
Aquí, en las cifras finales se encuentra la respuesta, si en realidad desea Paredes Rangel asumir el poder real del partido para sacudirse ese letargo o si prefiere la comodidad de una alianza PRI-PAN en las presidenciales del 2012.
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