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Del plato a…

Por MARIO LUIS ALTUZAR SUAREZ


Muestran signos de agotamiento las leyes. Es el sofisma de la clase política para instituir la Reforma del Estado que explica la política foxista del ¿por qué yo?, para crear el escenario ficticio de la ingobernabilidad por supuesta escasez de recursos públicos para responder a la agenda nacional de seguridad, educación y empleo.

Sufrimos en los primeros 100 días de la administración de Felipe Calderón, la retórica en la guerra contra el crimen organizado que respondió con ríos de sangre que siembran el miedo en la población víctima, además, del que sería el crimen doméstico reducido únicamente en las cifras como producto de la política de inhibir la denuncia ante la impunidad.

En el llamado crimen organizado que se llegó al clímax de comparar la violencia mexicana con la industrialización de la mafia de Palermo, curiosamente existen investigaciones periodísticas y de policíacas sobre direcciones y zonas de operación de cuando menos los siete principales sindicatos de narcotraficantes y sus sicarios y los operativos resultan en campesinos, transportistas o comerciantes al menudeo encausados.

La sospechosa incompetencia de las diferentes corporaciones federales, parecería mostrar un alto grado de corrupción entre sus filas, en donde un funcionario de la presidencia en la era del señor Fox, fue plenamente identificado y goza de plena libertad.

Se tiene, entonces, que no es el agotamiento de las leyes lo que causa el fracaso, sino los hombres y mujeres encargadas de hacerlas respetar, posiblemente por una de dos razones: La corrupción en sus filas o la orden de adoptar una aparente movilidad cuando en realidad son concentrados en la pasividad. Y se tendría como resultado inmediato el escenario creíble de que se necesita una Reforma Penal y mientras se elabora, subrepticiamente se militariza al sector policíaco.

Obedecería esta acción gubernamental a preparar las fuerzas represivas que actuarán con el camuflaje de combatir al crimen organizado cuando en realidad buscarán desactivar cualquier intento de organización de resistencia de sectores marginados que al ser encausados se les presentará como células del crimen organizado.

Un preparativo a las draconianas Reformas Económica, Laborales y Sociales, acordes a los dictados de las tres rondas del Consenso de Washington, en donde la democracia participativa se reduce al terreno electoral y la democracia económica a la concentración de la riqueza en una minoría que distribuirá el hambre y la miseria en la mayoría.

Bajo el principio democrático del alemán Max Weber de que unos gobiernan, la oligarquía con el gobierno chiquito propalado por el Ángel de la Dependencia Gurría Treviño que desde la OCDE “sugiere” las urgentes Reformas Estructurales, y los demás obedecen por medio de terror a la represión, históricamente se sabe que se incuba la violencia social.

La experiencia porfiriana con su política de “Ordena, Paz y Progreso” aplicada mediante el “mátenlos en caliente”, se quiere evitar, y por ello se empieza por la militarización de las fuerzas policíacas, para pasar ahora a la Reforma del Estado que encabezan el sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera y el distritofederalense con nexos yucatecos, Emilio Gamboa Patrón quien tiene a sus esbirros en la Asamblea Legislativa del D. F.

El dulcecito para garantizar el respaldo del PRD se inició en el proceso electoral de 2006 al quedar a tan sólo medio punto de la Presidencia por lo que la oferta de reformar el sistema electoral desde su cúpula pasando por los urgentes presupuestos de campaña y preservar sus dietas legislativas plurinominales, representan una tentación difícil de resistir.

Así, el PAN y el PRI que hacen mayoría, incluso para reformar la Constitución, aunque necesitaría las tres cuartas partes de los Congresos estatales, pueden razonar en la posibilidad de profundizar las reformas económicas y financieras, en donde los impuestos en cascada financien al gobierno y se consume el desmantelamiento de la planta industrial.

Incluye una Reforma Laboral en donde se anule el molesto como obsoleto salario mínimo para aplicar el moderno salario feudalista del destajo, privatizar los desechos del sistema médico asistencial y educativo, como una compensación al esfuerzo del alto clero político para crear cortinas de humo antiabortistas mientras se cocinaba el México del Tercer Milenio.

Un país bosquejado desde el escritorio del secretario Técnico del Gabinete Económico de José López Portillo, en donde se creó el escenario de las arcas vacías en 1982 para encumbrar al primer tecnócrata en la Presidencia mientras el avecindado en Agua Leguas pasó al escritorio de Programación y Presupuesto que le permitió iniciar la Reforma de Estado con la reconversión industrial a cargo del mexiquense Alfredo del Mazo.

Parecería que todo está dispuesto, empero, del plato a la boca se cae la sopa, y el sobrino del mexiquense se adelantó peligrosamente en lo que cree su destino presidencial.

www.arcanorevista.com








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