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Bendición Papal

Por MARIO LUIS ALTUZAR SUAREZ


Inició el clero político la Tercera Evangelización mexicana bajo los lineamientos de la Exhortación Apostólica Postsinodal Sacramentum Caritatis, dada del 22 de febrero de 2007 por el sexto Papa de origen alemán, Joseph Alois Ratzinger, para que la Iglesia se inserte en la batalla política bajo el argumento de lograr una sociedad más justa.

Pasaron 952 años para que un alemán fuese Papa. El 16 de abril de 1055 fue elegido el bávaro Víctor II después de un año de sede vacante. Recibió la abjuración del teólogo francés Berengario de Tours, fundador de un grupo religioso que negaba la presencia de Cristo en la eucaristía. En su lecho de muerte, el 28 de junio de 1057 bendijo al germano Enrique III quien lo hizo Papa invocando su título de “Patricio de los Romanos”.

Así, el 19 de abril de 2005 es electo el 265° Papa Joseph Alois Ratzinger con el nombre de Benedicto XVI, dejando su anterior cargo de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (sucesor desde 1965 del Santo Oficio o Santa Inquisición, cuando era una Religión de Estado).

No es casual entonces que el 22 de febrero de 2007 emitiera su Exhortación Apostólica Postsinodal Sacramentum Caritatis al Episcopado, al clero, a las personas consagradas y a los fieles laicos, que en su tercera parte, denominado Eucaristía, Misterio que se ha de vivir, en el punto 89 sobre las implicaciones sociales del Misterio eucarístico, señale:

“Como he afirmado, la Iglesia no tiene como tarea propia emprender una batalla política para realizar la sociedad más justa posible; sin embargo, tampoco puede ni debe quedarse al margen de la lucha por la justicia. La Iglesia « debe insertarse en ella a través de la argumentación racional y debe despertar las fuerzas espirituales, sin las cuales la justicia, que siempre exige también renuncias, no puede afirmarse ni prosperar »”.

El argumento de este mandamiento se da en el punto 77 sobre la “Espiritualidad y cultura eucarística” que frente al fracaso de la “secularización” de la vida “se necesita redescubrir que Jesucristo no es una simple convicción privada o una doctrina abstracta, sino una persona real cuya entrada en la historia es capaz de renovar la vida de todos”.

Podría inferirse que es una bendición al activismo político del clero para renovar su feligresía que, según sus propios números, de 2003 a 2004 creció en 12 millones de fieles (un porcentaje del 1,1%) aunque la presencia relativa de los católicos disminuye una milésima parte, pasando de 17,2 católicos por cada 100 habitantes en 2003 a 17,1 en 2004.

Si consideramos que el Vaticano estimó en 2004 en mil 98 millones sus fieles en el mundo y que la BBC de Londres calculó el 2 de abril de 2005 en mil 85 millones, habría una reducción de 13 millones, lo que daría razón al investigador belga con residencia en Bolivia, Franz Damen, de que allí, cada hora en promedio 400 católicos pasan a las sectas.

En México, según la BBC londinense, habrían 93 millones de católicos (el 89 por ciento de la población) y señala que en las últimas tres décadas se ha evidenciado un crecimiento parejo y significativo de las iglesias evangélicas.

La situación es más grave para el clero político. Humberto García de la Mora, del Foro Intereclesiástico Mexicano, al referir en una ponencia que dio el 2 de abril de 2007 en la Asamblea de Representantes del D. F.: “La CEM ha reconocido que tan solo 7 de los 89 millones que dicen ser católicos, son practicantes (el 6.7% de la población), de acuerdo a un reciente estudio del Instituto Mexicano de Doctrina Social”.

Sería urgente, económica y políticamente, reforzar la Tercera Evangelización mexicana (la primera fue en la Conquista y la segunda con Porfirio Díaz), ordenada por el Papa Benedicto XVI y el pretexto se encontró en el activismo contra la iniciativa de ley perredista para despenalizar el aborto que practican entre 500 mil y un millón de mujeres.

Hay dos elementos graves: 1.- El respaldo al clero político del secretario de Gobernación, el jalisciense Francisco Javier Ramírez Acuña que se supone, es el encargado de la política interior de un Estado Laico y, 2.- El tono beligerante y amenazante de Arturo Aguiar Retes, presidente de la CEM, de llegar hasta donde sea necesario y que bendice a los fanáticos que amenazan de muerte a los legisladores y crea un escenario similar a la cristiana de 1926.

www.arcanorevista.com





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