Reasumir el control político y económico sobre América Latina para impedir la Segunda Independencia regional y enfrentar el colapso electoral republicano de los Estados Unidos, parecería encontrarse detrás de la escalada bélica anunciada entre Colombia con sus vecinos Ecuador y Venezuela que amenaza con incendiar la zona.
Un clima apocalíptico en que el presidente de México, el conservador michoacano Felipe Calderón, asumirá el 7 de marzo la jefatura de la Secretaría Pro Tempore del Grupo de Río, en que se transformó en 1990 el Grupo Contadora que intentó pacificar Centroamérica desde 1983 con la oposición de la Casa Blanca.
Con base en los hechos, Colombia bajo el mandato de Álvaro Uribe, violó la soberanía de Ecuador la madrugada del 1 de marzo, bajo el argumento de perseguir a los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, acusadas por el gobierno local y Washington, de terroristas.
Se recuerda que en 1900 los Estados Unidos financiaron a los políticos disidentes que culminaron en la separación y constitución de Panamá en 1902, otorgándoles a los estadounidenses la franquicia en la construcción del Canal y cancelar los acuerdos con Francia.
Curiosamente, en 2008 el presidente de Francia, Nicolás Sarkosy, había establecido contacto con el colombiano Raúl Reyes, portavoz internacional guerrillero, para buscar la pacificación de Colombia y la liberación de algunos de los 600 rehenes desde hace seis años en poder de las FARC.
Sin que se conozca la posible participación de inteligencia de los Estados Unidos, el presidente Álvaro Uribe informó que se tuvo información del asentamiento, que sería temporal según las estrategias conocidas por los rehenes liberados recientemente, en suelo ecuatoriano y se ordenó el bombardeo y el ataque en suelo ecuatoriano.
Colombia es recipiendario de fondos estadounidenses para combatir el narcotráfico y el terrorismo. Figuras que utilizó el gobierno colombiano para victimizarse y buscar desviar la atención de la opinión pública de los hechos que violaron el derecho internacional, según los mismos miembros de la OEA.
En este marco, es necesario recordar las observaciones de Noam Chomsky, que nació en Filadelfia en 1928 y se doctoró en 1955 en la Universidad de Pensilvania, dijo en noviembre de 2007: “Desde Venezuela a Argentina, América Latina ha estado sacudiéndose el control (de los Estados Unidos) y por primera vez desde las conquistas españolas está moviéndose hacia adelante en lo que podría ser una exitosa integración”.
Un elemento estratégico “previo para la independencia” regional, según el intelectual que también apuntó que John Steinbrunner señaló a su presidente, Greorge Bush hijo de conducir al mundo hacia “el juicio final” y a Robert McNamara de indicar que se propiciaba el “pronto apocalipsis” en la invasión a Afganistán e Irak.
Chomsky recordó que “los siglos de predominio imperial dejaron las sociedades que en gran parte fueron separadas una de la otra, pero también bruscamente escindidas internamente, con una pequeña élite rica, típicamente blanca, orientados hacia el Oeste antes que a la región y con poco interés por la población nacional”.
Sin embargo, el presidente George Bush hijo que enfrenta el rechazo de los electores al Partido Republicano y su candidato John McCain así como el colapso económico similar a la sufrida en 1930, parece repetir la estrategia de Ronald Reagan.
En 1985, Reagan logró la unidad de los contribuyentes contra los diablos nicaragüenses, preocupado porque en 1983 se constituyó el Grupo Contadora con Colombia, México, Panamá y Venezuela y establecieron un sistema de acción conjunta para promover la paz en Centroamérica, especialmente frente a los conflictos en El Salvador, Nicaragua y Guatemala, que amenazaban con desestabilizar toda la región.
Para 1990 se transformó en el Grupo de Río que realizará su XX cumbre el 7 y 8 de marzo de 2008 en República Dominicana, cuyo presidente Leonel Fernández entregará la jefatura de la Secretaría Pro Tempore a su colega mexicano, Felipe Calderón, que genera expectación sobre su actuación en la crisis sudamericana.
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