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Encrucijada

Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ


Con nuestra solidaridad a Fidel Samaniego.



Cuando el presidente José López Portillo dijo con lágrimas en los ojos ese 1982: ¡No nos volverán a saquear!, se equivocó. El cuerno de la abundancia que es México, para inagotable. Y la devastación económica iniciada por el tecnopriísmo se profundizó con el saqueo panista de los recursos naturales.


Tal vez lo peor, es que se cumplió la advertencia de que México se salvara de caer en el cinismo. No se hizo el milagro. La impunidad imperante genera la confianza en los que nos vuelven a saquear a plena luz del día y sin inmutarse, intentan victimizarse para proteger las nuevas y espontáneas riquezas adquiridas.


Podría decirse que palidece la práctica del senador Diego Fernández de Cevallos como litigante para obtener sonados triunfos a favor de sus clientes contra los gobiernos federal y capitalino. Emerge la comodidad de ocupar un cargo público en el primer círculo del poder para amparar los jugosos y millonarios negocios.


Así, el “galán del gabinete” (según las revistas del corazón), el madrileño Juan Camilo Mouriño Terrazo, con escasos diez años de carrera política y pública en México y como humilde elector en España, habría logrado negocios por 100 millones de pesos para beneficio de su familia entre diciembre de 2000 y junio de 2006.


Lo grave de estos negocios, es que se realizaron cuando el hispano ocupó la presidencia de la Comisión de Energía en la Cámara de Diputados y después como asesor de su amigo, el Secretario de Energía, Felipe Calderón Hinojosa, en que firmó como apoderado de Transportes Especializados Ivancar y como socio de la empresa familiar Grupo Energético de Sureste (GES).


Con base en los documentos entregados por el perredista tabasqueño Andrés Manuel López Obrador a sus legisladores, el senador zacatecano Ricardo Monreal Ávila, el Frente Amplio Progresista prepara esta semana la denuncia penal contra el segundo hombre más poderoso del gobierno federal.


En principio, dijo el exgobernador de Zacatecas, podrían tipificarse los delitos de tráfico de influencias, peculado, abuso de autoridad, coalición de servidores públicos y uso indebido de facultades de funcionarios públicos. Es decir, que el ministerio público federal estaría obligado a investigar a los jefes del madrileño, y ahí surge la duda.


Se recuerda que en 2006 el senador sinaloense priísta Enrique Jackson Ramírez y la prensa documentaron la ingeniería financiera “equiparable a la del crimen organizado” que utilizaron Los Amigos de Fox, en donde la impunidad la protegió el procurador General de la República, el general Rafael Macedo de la Concha.


A cambio, se inició la persecución de los priístas que desconocían los acuerdos del presidente Ernesto Zedillo y confiados apoyaron económicamente al candidato tricolor, el sinaloense Francisco Labastida Ochoa.


Parecería, empero, que en la residencia presidencial Los Pinos diseñan una estrategia, en donde se desviaría la investigación sobre el madrileño con otra en contra del senador veracruzano Juan Bueno Torio, Diputado Federal en la LVII Legislatura, miembro el equipo de campaña de Vicente Fox y Subsecretario de la Pequeña y Mediana Empresa de la Secretaría de Economía.


Su cargo más importante fue de 2003 a 2006 como Director General de Pemex Refinación, en donde se dice que renunció al cargo para ser candidato a Senador, aunque existen denuncias sobre su particular estilo personal de administrar la paraestatal, al otorgar millonarios contratos a empresas familiares.


Ahora, aparece como propietario de 33 predios y acciones en 27 empresas sin que haya prosperado una investigación de la Procuraduría General de la República en 2007.


La información sobre el hoy senador coincide con la denuncia perredista contra el Secretario de Gobernación, lo que confirmaría la perspectiva del liberal potosino Jaime Chalita Zarur, presidente del Consejo Masónico Mexicano de que “no engañan y no sabemos hasta dónde y cómo está comprometida la soberanía de México”.


También el senador zacatecano Ricardo Monreal Ávila, parece intuirlo, ya que anunció que se buscará la creación de una fiscalía especial con un académico que garantice que procederá una investigación real sobre el madrileño, pese a que la experiencia muestra que esas fiscalías especiales entorpecen cualquier resultado.


Una interesante encrucijada para el calderonismo, en donde Bueno Torio se perfila como el Jorge Díaz Serrano lopezportillista en que se abrió la caja de Pandora y se soltaron los demonios de la ambición, la avaricia y el cinismo.


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