Consolidación


Por MARIO LUIS ALTUZAR SUAREZ

Se le ve seguro. En su segunda gira por Europa, el señor Felipe Calderón consolida su investidura presidencial. El haber superado los regateos yunquistas a su liderazgo, le dan confianza para asumir la representación de los intereses nacionales. Deslinda responsabilidades respecto al narcotráfico y evita los excesos confesionales.


Generó confianza la entrevista con el Papa Benedicto XVI, por la sobriedad del encuentro entre dos jefes de Estado. Sin arrodillarse ni besar el anillo papal, costumbre del medioevo que implicaba el sometimiento del estadista al poder clerical. La duda es por la magna conmemoración oficial del 15avo aniversario de la reforma al 130 constitucional.


El señalamiento que hizo sobre la responsabilidad estadounidense del consumo en el crecimiento del narcotráfico, adquirió otra dimensión a la misma expresión del 11 de marzo pasado en su reunión con el señor George Bush hijo, y mereció una respuesta, aunque tibia, del Departamento de Estado sobre su preocupación al problema fronterizo.


Una realidad que no es nueva. A las acusaciones de la Casa Blanca de que México era trampolín del tráfico de drogas, el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz dijo que para la existencia de un trampolín debía haber una alberca. Y si las drogas se distribuyen, incluso en el Potomac, es visible la corrupción policíaca de los Estados Unidos.


Reconoció el señor Calderón la parte que nos corresponde sobre el crimen organizado que "controla en la plaza el secuestro, los centros de juego, los centros nocturnos, incluso cobra ya cuotas a empresarios y productores locales". Y el ejército debe enfrentar esta guerra por la baja confiabilidad y preparación policíaca en la federación estados y municipios.


Se le ve seguro. Empero, los yunquistas perdieron una batalla, no la guerra. Es cuestión de esperar.


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