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Los Telecráticos

Por MARIO LUIS ALTUZAR SUAREZ


Frontal es la ofensiva clerical contra la existencia de la Nación Estado. Quieren asumir el poder en Venezuela y en México intentan fortalecer su injerencia en el gobierno. Dos países que contribuyeron en el pasado a la pacificación centroamericana y buscaron robustecer la identidad latinoamericana, representan el símbolo del laicismo regional.

Los ataques sistemáticos de organizaciones católicas que se llegaron a apoyar en pasajes bíblicos para condenar al presidente Hugo Chávez, alcanzó su clímax el último minuto del 27 de mayo, al expirar la concesión por veinte años a la empresa privada Radio Caracas Televisión y movilizar a contingentes de creyentes para rechazar la decisión oficial.

En los últimos meses se privilegió la publicación de entrevistas y análisis de investigadores de universidades confesionales, que dieron especial énfasis en el supuesto ataque a la libertad de expresión y señalaron que era un producto de la venganza presidencial el negar la renovación de la concesión televisiva.

Sin embargo, visto desde el punto de vista del ejercicio responsable de la libertad de expresión, un análisis de los materiales informativos a partir del 2000, muestran deficiencias incompatibles con la ética profesional del periodismo, al dar una nota con imágenes que no corresponden a los hechos, o abandonar la objetividad.

Empero, los noticiarios representaban menos del 15 por ciento de la programación caracterizada por telenovelas, de comedia y de concurso, por lo que es difícil pensar que estaba al servicio de la libertad de expresión que implica orientar y crear opinión en la población. Se trata, entonces, de una empresa que explotaba un bien propiedad del Estado.

Y en este punto, el gobierno que es el administrador de los bienes del Estado entendido como el representante de todos y cada uno de los ciudadanos, es el encargado de vigilar que los concesionarios cumplan con los reglamentos y leyes que aceptaron al momento de obtener la autorización oficial para usufructuar parte del patrimonio nacional.

Visto así, se entiende la profunda preocupación por los propietarios de los dos monopolios televisivos mexicanos, para incurrir, incluso en adjetivos y descalificaciones de la soberana acción de un gobierno, ya que con base en el Artículo 27 constitucional, “la nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular, el beneficio social”.

Elementos que sirvieron de base al presidente constitucional de Venezuela para negarse a renovar una concesión, en pleno respeto a los preceptos legales, ya que de haber anulado la señal televisiva antes de concluir la concesión podría hablarse, entonces, de una medida autoritaria. Y cuyos principios están en la Carta Magna mexicana.

Además, esa acción gubernamental venezolana se da en el momento mismo en que se debate en México la controversia constitucional sobre la llamada Ley Televisa que se aprobó en los estertores del foxismo, según el panista Santiago Creel, por presiones.

Curiosamente, para distraer a la opinión pública sobre la suerte de esa aberrante legislación favorable a los poderosos caballeros del dinero con experiencia en señales televisivas y radiofónicas, dicho de otro modo, a favor de los dos monopolios, parecería que el clero mimado con la emisión de sus misas dominicales, envió sus fieles a combatir el aborto.

José Luis Soberanes Fernández, cuestionado titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que respaldó la persecución y encarcelamiento de periodistas chiapanecos en tiempo de Salazar Mendiguchía, y el fiscal federal, Eduardo Medina Mora, presentaron, el 24 y 25 de mayo, a la Suprema Corte sus demandas de inconstitucionalidad de las leyes promulgadas por el Congreso capitalino para despenalizar el aborto.

El ministro de la Suprema Corte de Justicia, Sergio Salvador Aguirre Anguiano vinculado en Jalisco al PAN, argumentó la existencia de elementos para admitir las demandas.

La cortina de humo de enfrentar a la grey católica con los laicistas, tiene dedicatoria: Proteger la resolución final del Poder Judicial sobre la Ley Televisa que permita legalizar la telecracia que si fracasó en Caracas para defenestrar un presidente, en México lo someta a los intereses clericales y perfectamente alineados al imperialismo de los Estados Unidos.



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