Se anunció un verano económicamente ardiente, al declararse incompetente el gobierno calderonista para frenar, por lo menos, la anunciada escalada de precios que alejará los productos básicos del reducido poder adquisitivo de los mexicanos que encuentran cada día más difícil encontrar empleo, pese a las promesas de campaña.
El 12 de junio, argumentó el secretario de Agricultura, el jalisciense Alberto Cárdenas Jiménez, que los costos de producción en el sector agropecuario aumentaron 20 por ciento, lo que dio pie para que el presidente del Consejo Nacional Agropecuario, Jaime Hisao Yesaki Cavazos, estimara como inminente el alza de precios en leche, carne y huevo.
Con base en estimaciones de organizaciones campesinas, el aumento al precio del litro de leche podría alcanzar el 40 por ciento, aunque el Cárdenas Jiménez rechazó esa posibilidad, sin mencionar a cuanto ascenderá el incremento anunciado, en donde ratificó la posición del gobierno federal en mantener su respeto al libre mercado.
Desde la óptica de Yesaki Cavazos, los productores carecen de influencia para fijar el precio del producto final que es regido por la industria procesadora, que se cuidó de mencionar, está en manos de corporaciones estadounidenses y los precios “subirán lo que el mercado pueda pagar”.
Con entusiasmo refirió que “no se trata de precios controlados como antes, cuando el gobierno los fijaba” y se añadiría, cuando regulaba el mercado agropecuario. Productores privadas que se organizaron en el CNA para defender los intereses del 85 por ciento del PIB del sector así como el 75 por ciento de exportaciones agroalimentarias.
Y que se muestran agradecidos al hacer el 9 de junio de 2005 un reconocimiento al entonces secretario de Agricultura, el guanajuatense Javier Usabiaga, “por su visión, cercanía con los productores y política de puertas abiertas”, que fue el espaldarazo del sector privado vinculado al zar del ajo con mano de obra infantil, para que buscara la candidatura en las primarias panistas.
Contrastan las denuncias de los medianos y pequeños productores por la devastadora política a favor de la creciente dependencia alimentaria mexicana, al grado de que el señor Usabiaga se burló de los campesinos al indicarles que cambiaran de producto y utilizaran sistemas computarizados en su programación y planeación productiva.
Sin embargo, la pretensión del neoleonés Jaime Hisao Yesaki Cavazos, que desde 2004 en que fue electo presidente de la CNA, para excluir la responsabilidad de los productores lecheros, acorde a su propia posición como Presidente del Consejo de Administración del Grupo Agropecuario Yesaki y Presidente del Consejo de Administración de Avigran del Noreste, S.A., así como de Avigran, Estados Unidos, tiene puntos débiles.
Por citar un solo nombre de los beneficiarios del aumento anunciado: El empresario jalisciense Abraham Kunio González Uyeda, subsecretario de Gobierno en la Secretaría de Gobernación, es un próspero productor en la “Lechera Guadalajara” abastecida por su rancho Las Palmas, localizado en El Zapote, municipio de Tlajomulco, Jalisco.
El ingeniero civil con tres años de experiencia en la administración pública bajo el amparo de su amigo Francisco Javier Ramírez Acuña, afianzó su futuro económico el 29 de mayo de 2004, al concentrar a cinco mil panistas en su rancho, cuando destapó el gobernador anticipadamente el entonces secretario de Energía, el michoacano Felipe Calderón
Una factura que se cobró primero, con los nombramientos en la Secretaría de Gobernación para proteger posibles conflictos de fe con la confesión religiosa del mandatario al exonerar al cardenal Norberto Rivera Carrera, y ahora se extiende con el beneficio del libre mercado a los precios de los productos básicos, en los días caniculares favorables a la irritación social en medio de una violencia criminal incontrolable.
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