El gozo se fue al pozo. Era imposible sostener la retórica de los administradores mexicanos. La realidad asomó en coincidencia con el pánico mundial del rechazo legislativo estadounidense al rescate financiero propuesto por el presidente republicano George Bush hijo. Se desplomó la bolsa, el ingreso de remesas y la paridad cambiaria.
Indicios duros que evidenciaron la ausencia de un programa económico que le permita a México enfrentar el anunciado colapso del sistema económico mundial. Se anunció el 30 de septiembre la caída en 12.2 por ciento la remesas recibidas por los inmigrantes y el 1 de octubre se avisó que se sigue minuto a minuto la debacle mundial.
Tímidamente se empezó a reconocer que la crisis estadounidense que arrastró a todo el mundo, afectaría a México. Sin embargo, se evidenció la ausencia de un programa económico para hacer frente al nuevo desafío. Fue el priísta Emilio Gamboa Patrón el que dijo que será la próxima semana cuando se ajuste el proyecto para 2009.
Parecería que el secretario de Hacienda, Agustín Carstens egresado de la Universidad de Chicago en donde se diseñó el cimiento de la globalización y empleado del Banco Mundial, mostró la fuerza de su fe en el dogma económico imperial sin percatarse de la realidad profunda de la crisis con dimensiones apocalípticas al sistema.
Véase que denomina la crisis internacional como “fenómeno”, que infiere una causa de la naturaleza o divina, y si bien el Vaticano incluyó el 10 de marzo de 2008 como pecado capital la acumulación excesiva de riqueza, esta responde a un proceso de la voracidad de los barones del dinero en el acaparamiento y agiotismo.
Los legisladores de los Estados Unidos, demócratas y republicanos, coinciden en que el colapso financiero, detectado en agosto de 2007, se causó por la anulación de la regulación y fiscalización del sistema bancario y financiero en ocho años en que alcanzó su máxima explotación a partir del 2007 en que se dispararon artificialmente los precios energéticos y de alimentos.
Un elemento que emergió ante la propuesta del presidente republicano George Bush hijo para rescatar al sistema financiero con 700 mil millones de dólares, cuando ya ha consumido 700 mil millones de dólares sin efectos estabilizadores, además de cargar la factura del rescate a los contribuyentes, primero y después, a los socios comerciales.
Sin embargo, el Chicago Boys insistió en el blindaje de México, cuando la realidad muestra la dependencia comercial del 80 por ciento de las ventas mexicanas a los Estados Unidos, en donde se refinan los productos derivados del petróleo y en donde se asilan los damnificados del fracaso económico de la administración azteca.
Un efecto natural ante el colapso de los 10 bancos más importantes, de las hipotecarias y aseguradoras estadounidenses, que desplomaron a las casas de bolsa del mundo en que se maneja el capital especulativo sin respaldo en la infraestructura productiva, era y es previsible su negativa repercusión directa en la economía mexicana.
Ya se había dado un indicio el 25 de febrero de 2008. El Banco de México informó que las remesas de los 11 millones de inmigrantes representó el crecimiento del uno por ciento en 2007 con 23 mil979 millones de dólares. El 30 de septiembre reportó el Banco de México el desplome del 12. 2 por ciento de las remesas en 2008.
El segundo signo fue el oscilatorio precio del petróleo que se ubicó el 2 de octubre en 84 dólares con 37 centavos el barril de la mezcla mexicana, en donde el gasto federal consume más del 70 por ciento de los ingresos petroleros y que a menor consumo por la crisis se anticipa un ajuste drástico en los precios internacionales.
Las dos columnas en que se sostiene la economía mexicana ya fueron tocadas por el colapso financiero internacional. Lo mejor es que lo peor está por venir. Lo dramático que los administradores apenas enviarán la semana próxima un ajuste en el presupuesto federal del próximo año, protegiendo el gasto corriente y endureciendo la tributación.
Una contingencia que augura la expulsión de inmigrantes mexicanos de los Estados Unidos, el castigo a la relación de intercambio comercial en las exportaciones mexicanas, aumento en las tasas de interés en la deuda externa cercana a los 250 mil millones de dólares, para un sistema que desmanteló su planta productiva nacional.
El futuro inmediato, como una Revelación, es el aumento de la pobreza extrema, la pérdida del patrimonio de tarjetas habientes por embargos ante la incapacidad de pagos, crecimiento del desempleo presionado por reingresados inmigrantes. Una tensión social ignorada por la insensibilidad administrativa que protege sus elevados ingresos.
Nos escuchamos de 13 a 15 horas de lunes a viernes en Arcano Informa por el ciberespacio en www.arcanoradio.com asociada a Radio Naciones Unidas, emisora insignia de
www.arcanorevista.com.