Inaccesible para el 91.3 por ciento de la población rural, se encontraba la canasta básica días previos a que entrara en vigor en el rubro agrícola el TLC, que explicaría el rechazo de diversas organizaciones campesinas al instrumento salinista en una marcha y que defiende a toda costa un gobierno federal comprometido con los intereses imperiales.
Con base en un estudio de la Facultad de Economía de la UNAM, difundido por El Sol de México, periódico insignia de OEM, más del 33 por ciento de la población campesina carece de ingreso alguno y el 30 por ciento apenas y alcanza un salario mínimo, lo que pone de manifiesto la devastación de la planta productiva alimentaria.
Se estimó en cerca de 30 millones la población campesina, de donde 8 millones y medio tienen trabajo, 10 millones 262 mil carecen de ingreso y 11 millones 638 mil perciben un salario mínimo. El resultado es el despojo económico y social de la heredad de los hombres del campo mexicano, a favor de la transnacionalización de la propiedad.
Por si fuese poco, el mismo estudio divulgado el 21 de enero de 2008, indica que de los diez millones 800 mil mexicanos, con un promedio de expulsión de mano de obra cercano a los 500 mil anuales, enviaron el año pasado más de 23 millones de dólares a sus familiares, en donde más del 35 por ciento se quedó en las tramitadoras.
Una realidad porfiriana que intenta mediatizar el gobierno conservador del paisano de Martha Sahagún Jiménez, Felipe Calderón, que en voz de su cardenal en el sector agropecuario, el jalisciense Alberto Cárdenas Jiménez, no ve con claridad en los próximos seis años la renegociación del salinista TLC firmado en 1992.
Al igual que el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, discípulo de los Chcago Boys que diseñaron la recolonización de América Latina en 1973, y ex alto directivo del Fondo Monetario Internacional que defendió las supuestas bondades de la globalización, el ex aspirante a la candidatura presidencial panista con recursos del Opus Dei, ponderó un supuesto superávit comercial agrícola con Estados Unidos.
Ocultó, empero, que las cifras de una balanza comercial favorable a México por mil 500 millones de dólares con Canadá y de 65 mil millones con Estados Unidos, es producto de la transnacionalización que despoja de sus tierras a los campesinos con resultados de pobreza equiparables a los tiempos anteriores a la Revolución de 1910.
Y los recios hombres del campo pueden carecer de preparación académica pero no de la lógica natural para comprender que si el TLC es creación humana y diseñado por los estadounidenses para apuntalar el imperialismo mundial, también tiene instrumentos de salvaguardas y que los obedientes conservadores se niegan a invocar.
Ante la tozudez calderonista los recios hombres del campo iniciaron la toma de un puente internacional en Ciudad Juárez en el primer minuto del 2008 y la semana pasada empezaron a marchar con todo y tractores hacia la Ciudad de México. Organizaciones panistas, priístas e incluso las huérfanas del perredismo inmerso en su paradoja interna.
Un escenario que ofreció la oportunidad al PRI para reasumir banderas que tenía empolvadas en el ropero en que aventó su Declaración de Principios en marzo de 2007, y en la reunión de los diputados federales priístas el fin de semana psado en Cancún, Quintana Roo, desconocieron como interlocutor al cardenal jalisciense.
El olfato político de la tlaxcalteca Beatriz Paredes Rangel, líder nacional del PRI, será insuficiente para recuperar el liderazgo del movimiento campesino, que si bien convocó al 31 de enero la priísta Confederación Nacional Campesina que controla el salinista oaxaqueño Heladio Ramírez López, tiene en contra la servidumbre de Emilio Gamboa al gobierno.
Además, la reunión en Cancún de Paredes Rangel con el madrileño Juan Camilo Moriño Terrazo, parece más bien una medida desesperada para buscar controlar el movimiento pacífico campesino, antes que preocuparse por buscar una solución a fondo y que incluye desde la programación de apoyos a la salvaguarda del mismo TLC y que en la encuesta realizada por arcanorevista.com se suman a la exigencia nacional por renegociar ese acuerdo para impedir que la inconformidad busque otro camino.
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