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Calma Chicha

Por Mario Luis ALTUZAR SUAREZ

Calmado se encuentra el gobierno federal frente a la recesión estadounidense. “No hay de qué preocuparse”, dijo Ernesto Cordero Arroyo, subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda. Y adelantó que el calderonismo conservador utilizará en forma compensatoria, las herramientas de política pública.

Esas herramientas pueden dividirse en dos: Internacionales y nacionales. En el plano mundial se acelera diferir el endeudamiento gubernamental mediante nuevos instrumentos, como el Bono Global a plazo de 32 años que emitió la Secretaría de Hacienda el 8 de enero por mil 500 millones de dólares.

Dar un punto de referencia al equivalente en puntos porcentuales de esta cifra, es difícil ante el hermetismo del gobierno federal sobre el endeudamiento interno y externo, que en el delamadrilato se acercaba a los 250 mil millones de dólares sin compromisos como los rescates bancario, carretero y azucarero, que implican una cantidad similar.

Es decir, que aunado el 25 por ciento de crecimiento en la deuda externa en el sexenio perdido del foxismo, pese a excluir mañosamente los rescates bancario, carretero y azucarero, podría intuirse que estamos en el límite de los 600 mil millones de dólares en que valuó en 1997 el Banco Mundial todo el país.

Los indicios del limitado margen de maniobra público se observan en la indexación de dos centavos mensuales por litro de combustibles, la persecución fiscal a pequeños y medianos contribuyentes con multas inexistentes al haberse cumplido con las declaraciones mensuales, entre un gran portafolio hacendario.

Es insuficiente, incluso, el millonario ingreso extraordinario por los elevados precios internacionales del petróleo, que se complica con la ausencia de información oficial sobre la existencia de sospechosos fideicomisos creados por el foxismo y que están blindados de cualquier fiscalización legislativa para conocer el destino de ese dinero.

Con estos elementos, podría explicarse, entonces, que la defensa a ultranza del presidente panista Felipe Calderón del TLC y los supuestos beneficios globalizadores, así como aceptar el pronosticado colapso financiero de los Estados Unidos, como cosa propia, es una obligación solidaria del amarrado cuentahabiente bancario mundial.

Factores externos que inciden en la vida interna del país, si se considera que respetar y hacer respetar el TLC implica el cumplimiento de los acuerdos crediticios a favor de la transnacionalización de la planta productiva nacional, lo mismo en la maquila, que en la industria y en el campo.

Así, se entiende la retórica de que no hay condiciones para una escalada inflacionaria cuando son nueve transnacionales en México con dictan los precios del maíz que aunado al gasolinazo que soslayó el señor Calderón en su mensaje de Año Nuevo, es previsible el anunció del aumento a 17 pesos en el precio de kilo de tortilla.

En términos generales, la pérdida del poder adquisitivo del 35 por ciento en la canasta básica en el primer año de administración del señor Calderón, sin recesión en Estados Unidos, sin TLC agrícola y sin gasolinazos, es de pronóstico reservado para el presente año, en donde “no hay de qué preocuparse”, según Cordero Arroyo.

Entramos así, en una peligrosa calma chicha.


www.arcanorevista.com


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