Los avances tecnológicos parecen ser contrarios al espíritu de la democracia y al libre albedrío de los seres humanos. Por lo menos así se entiende el análisis del Instituto Electoral Veracruzano, sobre la posibilidad de prohibir los teléfonos celulares en las elecciones del próximo domingo y que sentaría precedente en los demás procesos.
Veamos: El desarrollo tecnológico ofrece en el presente la posibilidad de que en un teléfono celular se comunique con otra persona, se pueda almacenar y escuchar música, tomar videos y fotografías de regular y buena calidad, enviar mensajes y los materiales gráficos por la supercarretera de la información.
Aparatos que son pequeños y de bajo peso, para facilitar que los consumidores puedan portarlos en el bolsillo o en sus fundas. Pero su inmediatez ya obligó a los bancos a prohibir el uso dentro de las sucursales, por aquellos de que bandas bien organizadas enviaban o envían la información a sus cómplices para realizar los asaltos conocidos del diario.
Una realidad que era difícil pensar que pasaría desapercibida por los operadores políticos que en el pasado usaban las urnas embarazadas con base en el número de electores que se habían comprometido por una módica cantidad a emitir su voto a favor de un determinado candidato sin que hubiese posibilidad de confirmar el cumplimiento del votante.
Nos parece escuchar al ingeniero Heberto Castillo que en sus discursos de campaña exhortaba a los ciudadanos a recibir el dinero y en el momento secreto del voto, cruzar la papeleta a favor del partido de su preferencia.
Ahora, el consejero electoral veracruzano, Rodolfo González, advierte que se perdió la secrecía del sufragio, ya que los operadores políticos al desembolsar los 500 pesos por ciudadano pueden exigirle que lleven un teléfono celular y tomen una fotografía de la boleta electoral.
Existen dos opciones, que el votante descargue su material en un centro de cómputo del partido o bien, que al salir de la casilla envíe inmediatamente la fotografía por internet a un correo cibernético determinado, en donde personal capacitado podría bajar el material para llevar su propio conteo y tener las pruebas voto por voto, casilla por casilla.
Con base en las declaraciones públicas de miembros del PRD, la inminente reforma electoral cuyo anteproyecto se presentará el 29 de agosto para su discusión en el Congreso de la Unión, el futuro de los comicios exigirá el conteo de voto por voto, al mismo tiempo de la reducción de pre campañas y campañas para hacerlas menos cotosas.
Sin embargo, con la experiencia del PAN en donde la actual secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, sin rubor alguno manejó los bancos de datos y programas oficiales de asistencia pública para la campaña, sin descontar las agrupaciones paralelas para allegarse recursos, se podría sufragar un costoso sistema cibernético partidista.
De momento, se ha detectado la constante visita de funcionarios federales panistas a Veracruz para fortalecer a sus candidatos e inducir el voto, al grado de que el yunquista duranguense, Manuel Espino intentó tomar por asalto el Palacio de Gobierno en Jalapa, dice que como protesta por la desviación de recursos oficiales a los priístas.
Recibió una comisión el secretario general de Gobierno, Reynaldo Escobar Pérez, quien reviró con su intención de presentar una querella penal por la injerencia federal en el proceso electoral ante la amenaza de denuncias judiciales panistas.
Estos problemas se terminarían con el uso de los sistemas cibernéticos, empero, también se sacrificaría el espíritu democrático de un país que no acaba de encontrar las oportunidades que implican el avance tecnológico y sigue hundido en la miseria por el saqueo impune.
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