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Raíces


Por MARIO LUIS ALTUZAR SUAREZ



Redescubrir las raíces históricas fortalece la identidad que genera la esperanza de un mejor mañana. Y si además el político lo adereza con hechos, los electores se sienten con la responsabilidad de participar en el proyecto gubernamental. Es, entonces, el momento en que se puede observar el liderazgo natural, que tanto necesita el país.


Cierto es que el panorama nacional muestra alarmantes signos de descomposición social producto de la devastación económica como resultado de la profunda corrupción y el desmantelamiento de la planta productiva nacional, iniciada en 1982 al importarse el modelo ajustado a las ambiciones del nuevo imperio y su falsa teología neoliberal.


Los mexicanos que nacieron en ese año de las famosas arcas vacías y la quejumbre lloriqueante del fallido defensor del peso como un perro, cumplen en este 2007 los 25 años de edad y que solamente vivieron crisis recurrentes al final de cada sexenio que creyeron se terminarían con la falsa promesa del cambio en su primera votación.


Jóvenes que carecen de respuestas. Ante la ausencia de valores reales, por ejemplo, en la música que se endioso en el mercadeo, recibe con entusiasmo las canciones que escucharon los abuelos, aunque desconocen a los autores y las atribuyen a los intérpretes de moda. En el caso de las amas de casa, se reciclan los dramas telenoveleros con gran éxito.


Una realidad que se proyecta a los partidos políticos que se entusiasmaron con la teoría del voto útil, resumido en buscar y alcanzar el poder por el poder mismo, discriminando sus propias plataformas ideológicas y doctrinarias, por aquello de que la historia es una materia obsoleta ante la moderna concepción de la desaparición de las Naciones Estado.


Olvidaron los nuevos ideólogos que servir al imperio, del signo que sea, es contrario al proceso natural de la evolución de los pueblos. Ahí está el alto clero político que se instituyó como poder político durante 500 años en que asesinó a sus opositores y adversarios con la agravante de paralizar el desarrollo científico y tecnológico.


Con la teología neoliberal que se mostró con fiereza en la Inglaterra de Margareth Tatcher y la represión a los mineros y transportistas, adoptada con entusiasmo por Ronadl Reagan en Estados Unidos como la materialización de los sofismas económicos de los Chicago Boys que se perfeccionaron con las tres rondas de los Consensos de Washington, el mundo profundizó en estos 17 años la injusticia social que pone en riesgo a las democracias.


Aunque es difícil pensar que el artista de la traición, el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, represente el símbolo de la resistencia nacional a la ofensiva imperial con la bendición del clero político y que ejecutan los conservadores en el poder gubernamental, debe concedérsele que reorientó hacia nuestra raíz el discurso de los políticos y de los partidos.


Y si en la música, los jóvenes aceptan las canciones de los abuelos de los 30, los principios doctrinarios perredistas son recibidos con entusiasmo aunque se desconozca que sus autores son precisamente los hombres y mujeres que aportaron su sangre y convicción histórica al confirmar las garantías individuales de 1824 y 1857 en el Constituyente de 1917.


Un proceso que apareció en abril de 2006, en la creación de la Comisión para los Festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, en el Estado de México, por el gobernador priísta Enrique Peña Nieto y que meses después se fusiló sin conocimiento de causa el presidente panista Vicente Fox.


Posteriormente se observó el compromiso histórico del gobernador perredista de Chiapas, Juan Sabines Guerrero, aunque encuentra serios problemas para complementar su proyecto de gobierno por los resortes políticos que aún controla su antecesor, Pablo Salazar Mendiguchia, y que podría sacudirse en las próximas elecciones intermedias.


Lo más reciente, es la priísta Ivonne Ortega Pacheco, que al asumir la gubernatura de Yucatán el 1 de agosto, entregó tres decretos para reducir su sueldo a la mitad, otro para producir zapatos para estudiantes de nivel básico y el tercero para entregar pensiones y despensas a los adultos mayores.


Sin temor alguno, en su discurso de 45 minutos, rindió homenaje a Felipe Carrillo Puerto, fusilado en 1924 acusado de comunista porque “enseñaba a los indios a ser hombres libres, recitándoles en el idioma prehistórico de su raza… el discurso de Enjolrás en las barricadas”, como narró Alfonso Sierra Partida en su ensayo “Tres Ideólogos perseguidos”.


Cierto es que aun es temprano. Empero, son signos alentadores de la esperanza.


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