Espejismo
Por MARIO LUIS ALTUZAR SUAREZ
A su regreso de una gira por América Latina, el presidente Adolfo López Mateos fue vitoreado por una magna movilización en el Zócalo de la Ciudad de México. El secretario de Gobernación, Gustavo Díaz Ordaz se asomó al balcón presidencial y comentó: “¡Cuánto dinero se gastó!”
La anécdota se repitió el 1 de julio. Ahora fue el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador que movilizó, según los observadores, unas 70 mil personas en lo que se llamó Jornada contra el Fraude Electoral del que se quejaron el año anterior sin poder probarlo en los tribunales electorales.
En la víspera, los medios de comunicación registraron las declaraciones de Ariadna Montiel, identificada como miembro del grupo organizador, quien desconoció el monto de la inversión del PRD para la movilización. Comentó: "Ahora sí nos pegó la pobreza franciscana. No hay recursos. Sólo disponemos de dos pantallas y la sonorización del Zócalo".
La “pobreza financiera” obliga a preguntar: ¿De donde salieron los 36 millones de pesos para pagar cerca de mil 200 camiones que trajeron de diversos puntos de la República a los cerca de 70 mil perredistas? Faltaría sumar la comida y la logística que es visiblemente menor a la del año pasado, lo que indicaría que la euforia disminuye.
Desde la óptica del autoproclamado “presidente legítimo”, su movimiento crece y se fortalece. La tozuda realidad muestra lo contrario. Un elemento: Los gobernadores emanados de las siglas perredistas, el 26 de junio se reunieron y departieron con el presidente Felipe Calderón, en Los Pinos, pese a la orden en contrario del señor López.
Estuvieron Narciso Agúndez Montaño que heredó de Leonel Cota Montaño la gubernatura de Baja California Sur, Juan Sabines Guerrero de Chiapas y su coincidencia con la propuesta de reforma tributaria del gobierno federal.
También asistieron: Lázaro Cárdenas Batel que solicitó y obtuvo la presencia militar en Michoacán, Zeferino Torreblanca Galindo que no encuentra la cuadratura en Guerrero y Amalia García Medina que resiente la ofensiva de Ricardo Monreal en Zacatecas. Fueron acompañados por el legislador Carlos Navarrete.
A excepción del legislador, no estuvieron en la magna concentración del domingo en donde López Obrador: “Ahí estamos, hemos resistido y creceremos” en una alocución en donde ordenó a sus fieles en el Poder Legislativo a “cero negociaciones” sobre la Reforma Tributaria presentada por el Ejecutivo.
Las contradicciones entre la retórica y las acciones son visibles. El 30 de junio publicó un diario capitalino que el de Macuspana criticó la supuesta injerencia del gobierno federal para boicotear la publicidad a Radio Monitor que cerró emisiones un día antes. “Un atentado a la libertad de expresión”, dijo.
Sin embargo, sus huestes bajaron de la motocicleta a golpes y robaron las pertenencias del reportero de Grupo Radio Centro, Edgar Jiménez del programa Formato 21. El problema entre José Gutiérrez Vivó de Monitor con la familia Aguirre, propietaria de Radio Centro, es difícil que se explique en la agresión a los periodistas en sus nóminas.
Parecería confirmarse, entonces, que la Libertad de Expresión existe cuando le sirve al candidato presidencial perdedor y es inexistente cuando se le critica, si recordamos que el presidente formal del PRD, Leonel Cota Montaño, azuzó a sus seguidores en diversas ocasiones en contra de los reporteros comisionados en la campaña electoral perredista.
Recordamos un caso que nos sucedió el 7 de junio de 2003: Llegamos al edificio en que dictaba su conferencia mañanera y con insultos se nos impidió la entrada, porque el entonces Jefe de Gobierno tenía seleccionados a los que asistían y controladas las preguntas que no le incomodaran. Han pasado cuatro años y su mal empeora en el espejismo del autista de la oposición.
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