Ciudad de México, 28 de feb.- Se prepara la invasión a Libia. En 3 bandas. Hoy se reúne el secretario general de la ONU en la Casa Blanca con el presidente de Estados Unidos, , mientras que en Ginebra su secretaria de Estado, Hillary Rodhamn Clinton con sus colegas árabes y europeos empieza a “coordinar” la ayuda y la OTAN espera órdenes.
Nuestra asociada Radio Naciones Unidas informó que el secretario general de la ONU, el coreano Ban Kee Moon, visita en la Casa Blanca al presidente Barack Obama, para analizar la crisis humanitaria en Libia.
El sábado, los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, votaron por unanimidad un paquete de sanciones contra Muamar Kadafi, incluido su potencial encausamiento a la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra.
Por su parte, el madrileño El País, reportó que la secretaria de Estado, Hillary Rodhman Clinton, inicia esta mañana una reunión con sus colegas árabes y europeos para precisar y coordinar •cualquier clase de asistencia” a los opositores libios.
"Estamos conversando con muchos diferentes libios en el Este mientras la revolución se traslada hacia el Oeste", declaró Clinton antes de salir de Washington, reportó por su parte la emisora estadounidense La Voz de América.
"Estamos listos y preparados para ofrecer cualquier tipo de asistencia", añadió. Durante el vuelo, la secretaria de Estado ha afirmado que la comunidad internacional debe desarrollar no solo una respuesta "humanitaria" sino también "política" a la crisis, "ahora que los libios tratan de organizar una era post Gadafi".
El País refirió que aunque la secretaria de Estado advirtió que "todavía es muy pronto para ver cómo esto va a funcionar", es claro que el mensaje que la Administración norteamericana quiere enviar es el de que su ayuda a los grupos insurgentes no tiene por qué limitarse a la de carácter puramente humanitario.
En la medida en que el conflicto se prologue, los rebeldes anti Gadafi pueden requerir asistencia militar, pero antes de eso Estados Unidos y sus aliados podrían facilitar apoyo logístico y de inteligencia que facilitara el robustecimiento de las fuerzas de oposición.
El viernes 25 de febrero, en una entrevista registrada por el canal español 24 horas, la ministra de Defensa de España, Carmen Chacón Piqueras, adelantó que en la reunión urgente de la OTAN se contempla desplazar naves de guerra al Mediterráneo, entre otras medidas.
La dictadura de Muamar Kadafi parece desconocer la realidad, lo mismo en el creciente cerco opositor que reduce su regicidio a una parte de Trípoli, que en su soledad por la deserción de militares y renuncia de embajadores como por la respuesta a nivel internacional.
El presidente de Libia, Muammar Al Gaddafi, estimó el domingo 27 de febrero que el paquete de sanciones que impuso al país la víspera el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) carece de valor.
Tal vez, en términos literales, pudiese tener razón por considerarse que la ONU carece de un mecanismo directo para intervenir directamente, y que es la suma de las acciones de sus países miembros, que en esta ocasión, fueron unánimes contra Kadafi.
En contraste, el resolutivo del Consejo de Seguridad avala moral y jurídicamente la coordinación de sus países miembros para optar por una de dos o las dos opciones: Coordinar una invasión en alianza o que la ONU envié Cascos Azules a la zona.
Kadafi perdió su carisma para acomodarse como el freno al terrorismo de Al Qaeda, a quien atribuye las masacres de libios, y que los testimonios de las víctimas confirman que el sátarpa usa mercenarios africanos para aferrarse al poder.
La francesa AFP recogió la irrealidad de Kadafi. Dijo canal serbio Pink TV: “No hay incidentes en este momento y Libia está completamente en calma. No hay nada fuera de lo común. No hay disturbios”.
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