Parece inminente la reactivación de la masonería mexicana. En el VI Congreso Nacional del Consejo Masónico Mexicano se congregaron representantes de Grandes Logias de 30 Estados. Un hecho inédito en la historia reciente de esta corriente filosófica. Su mandato: Frenar la carestía, defender el Estado Laico y la educación.
Se recuerda que los masones están directamente vinculados al diseño del Proyecto de Nación que se consolidó en la constitución de las instituciones públicas, como sería la Constitución de 1824, 1857 y 1917 y que esta última, al conmemorarse hoy su nonagésimo aniversario, se observa tan lastimada por 400 reformas absurdas.
El 3 de febrero, en San Luis Potosí, en el VI Congreso Nacional del CMM se reunieron representantes de cuando menos 40 grandes logias de 30 estados de la República, de los 3 diferentes ritos, así como mujeres que militan en la institución y que tradicionalmente habían sido marginadas o consideradas como logias de adopción.
Se cumplió lo que habíamos anticipado. En San Luis Potosí, ciudad del más rancio abolengo conservador, en donde se crearon los Clubes liberales en 1900 por el masón oaxaqueño Ricardo Flores Magón y que dio pauta para constituir en 1906 el Partido Liberal Mexicano, los masones empezaron a responder a su compromiso histórico.
El neoleonés Carlos Quintanilla Yerena entregó la presidencia al electo por unanimidad, el potosino Jaime Chalita Zarur, a quien le tomó la protesta simbólica el gobernador panista Marcelo de los Santos Fraga, el mismo que fue testigo de honor en la constitución del CMM el 5 de febrero de 2004.
Un ejemplo de que si los hombres y mujeres del país anteponen sus intereses personales que se marcan por su tiempo y circunstancia, a los elevados objetivos de salvaguardar a la Patria de la acechanza imperial, no importa el signo o el credo para sumar esfuerzos y trabajo a favor de México.
Con esto, se puede pensar que se dio el primer gran paso para lograr la reunificación del pensamiento liberal en los niveles simbólicos y que según los estudiosos de esta corriente filosófica, son la única razón de ser de la masonería ya que los pomposos grados superiores o filosóficos, se crearon por razones económicas y políticas.
Debe hacerse notar que en la apertura de los trabajos del VI Congreso Nacional, el 2 de febrero, el presidente municipal, el panista Jorge Lozano Armengol, dio la bienvenida a los congresistas y recordó que sus ascendientes familiares fueron masones, lo que indica que dentro de las filas del blanquiazul existen herederos directos de esta escuela.
No es casual, entonces, que el rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Mario García Valdés, se congratulara que el auditorio universitario “Rafael Nieto”, fuese la sede de las dos conferencias magnas que engalanaron el Congreso, máxime que su antecedente se encuentra en el liberal Instituto de Ciencias y Artes del Siglo XIX.
Funcionarios orgullosos de recibir a los masones de 30 Estados, que la universidad amplía sus servicios educativos a cuando menos 5 comunidades en beneficio de 500 alumnos. No hay pretexto, entonces, para eludir la responsabilidad histórica de los masones para rescatar a una nación que fue heredada por los antiguos liberales que ofrendaron su sangre y que es el patrimonio de nuestros hijos.
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